El miércoles pasado 17 de abril , rodeado de buenos amigos he cumplido mi deseo de hacer un acto de presentación en el Pub Michel, un lugar tan ligado para mí a la gestación de Las mujeres imposibles.
Quiero agradecer el buen ambiente que hace posible Pilar, y sobre todo las palabras de José Luis Piquero, que en la presentación nos ha regalado una lectura personal y muy atinada de mi novela Las mujeres imposibles.
Me quedo con la memoria de un acto inolvidable para mí y con estas magníficas palabras que recogen la lectura y la invitación que hace José Luis:
Mario Tunoye, el protagonista, es como un explorador (…), alguien que se descubre a sí mismo a través de las mujeres que se cruzan en su vida (…). Sus certeros retratos hablan de mujeres que son un contrapunto del propio Tunoye, el espejo en el que se examin
a en su búsqueda de la verdad, o de alguna verdad, sobre sí mismo. (…) Cayetano Santana ha descrito un paseo por la vida (…) alguien que deambula por la ciudad abierto a todas las vicisitudes y descubrimientos posibles. La suya es una deriva urbana, amorosa y vital. (…) Hay en Las mujeres imposibles mucho humor, bastante irreverente, por cierto. Pero también páginas emocionantes, como las dedicadas a la muerte de Elvira. Y mucho pensamiento, el análisis minucioso y obsesivo de las propias ideas, de las razones de los propios actos, de sus motivaciones resbaladizas. Que nadie lea esta novela en busca de sus pasajes eróticos porque la empequeñecerá torpemente. Las mujeres imposibles trata de la ilusión y de la expectación, de la curiosidad y del desencanto, de la avidez por la vida y del desengaño ante la vida. Su autor ha levantado un pico del telón para dejarnos vislumbrar un trocito de este teatro en el que todos actuamos. Les invito a asomarse.